¿Por qué es tan difícil ser autónomo en España? Esta es una pregunta que probablemente hayas oído alguna vez en tu entorno: en conversaciones con compañeros de la universidad, amigos o familiares. O incluso quizás tú te hayas hecho esta pregunta también. Es completamente normal, pero no te preocupes porque es solo mala fama y hacerse autónomo en España no es tan difícil como lo pintan.
Para tomar este camino solo es necesario que sepas lo que estás haciendo y la mitad de esas cosas ya las estabas haciendo si trabajabas para una empresa. Entonces, te preguntarás cuál es la otra mitad. Vamos a empezar por el principio…
Todo comienza con el IRPF, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Este impuesto te dice cuáles son las maneras de ganar dinero como persona en España y cuántos impuestos debes pagar por ganar dinero. Tanto si eres autónomo o trabajador por cuenta propia, como si eres empleado o trabajador por cuenta ajena, todos los años tienes que enfrentarte a este impuesto. Ahora bien, la primera diferencia es que, si trabajas para una empresa, es esta la que te ayuda con todo el papeleo para gestionar tus impuestos. Si eres autónomo, eres tú mismo el que vas a tener que gestionar estos impuestos.
Otra diferencia que hay que destacar es que vas a tener que gestionar tu Seguridad Social. Como sabrás, en España se tributa (es decir, se pagan impuestos) por un lado y, por otro lado, se cotiza (se paga la Seguridad Social). Las cotizaciones no son impuestos propiamente dichos porque los recursos se utilizan principalmente para pagar las pensiones, pero el principio es el mismo: una parte del dinero generado se paga como cotizaciones sociales. Una vez más, cuando trabajas por cuenta ajena, esto lo hace tu empresa por ti.
Tenemos un último impuesto: el IVA. Este es el que más conoces o por lo menos el que más pagas. Es el Impuesto sobre el Valor Añadido y lo pagamos cada vez que compramos algo. Depende de lo que compres pagarás un 4 % o IVA superreducido, un 10 % o IVA reducido y un 21 % que es el IVA general. La buena noticia es que este no lo pagas tú, lo va a pagar tu cliente.
Todo esto va enmarcado en un calendario que te dice cuándo debes pagar unas cosas y cuándo debes pagar otras. Es muy importante conocer el calendario y ajustarte a sus plazos para no llevarte sorpresas.
Una gran parte de esta gestión se articula a través de la factura, que es un documento muy importante que nos permite llevar todo al día con un orden práctico y sencillo junto a nuestra contabilidad. La factura es un documento de enlace entre el cliente, el Estado y nosotros mismos. Por tanto, es muy importante saber qué es y cómo funciona.
Con todos estos conceptos claros nos vamos a poder centrar en lo realmente importante: traducir. El curso de Fiscalidad para traductores no te va a convertir en un experto contable ni en un gran asesor fiscal; sin embargo, te va a dar las bases necesarias para arrancar como traductor autónomo en España y poder ocuparte de lo que de verdad importa. Te lo contamos de una forma práctica y sencilla para que todo te quede muy claro. ¿Te apuntas?
¡Empezamos el 17 de junio!
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