Ahora que los puestos de gestor de proyectos de traducción son cada vez más habituales y están más demandados en las agencias y empresas que ofrecen servicios de traducción e interpretación, habrás oído en alguna ocasión que es un trabajo bastante estresante y que requiere ciertas cualidades. Tanto si ya te dedicas profesionalmente a la gestión de proyectos como si estás empezando o te interesa esta salida profesional, seguro que algunos de estos consejos te ayudarán:
- Tienes que ser organizado. Y si todavía no lo eres, aprende a serlo poco a poco. Una agenda en la que detalles las tareas más urgentes que debes hacer cada día debería ser tu mejor amiga, además de una herramienta de gestión de proyectos en la que puedas anotar todos los detalles de tus proyectos. Tampoco está de más contar con un calendario que te permita tener una visión semanal o mensual de los proyectos pendientes, ya sea en papel o en línea, mediante aplicaciones como Doodle o Google Calendar.
- Como dice el refrán, quien mucho abarca poco aprieta. Aunque la agenda sea ya tu mejor amiga, puede convertirse en algo contraproducente si la llenas de tareas que sabes que no vas a poder acabar ese día, ya que te dará una falsa sensación de agobio y de que no estás trabajando lo suficientemente rápido, cuando seguramente eso que te queda por hacer pueda esperar a mañana. Además, recuerda que siempre pueden surgir imprevistos de última hora que te obliguen a atrasar otras tareas menos urgentes.
- Ten claras tus prioridades en cada momento. Asignar una traducción urgente de un proyecto que ya está confirmado suele correr más prisa que responder a cualquier otro email, aunque lleve ya unas horas en la bandeja de entrada. De esta forma, mientras esperas la confirmación de un traductor, puedes enviar a otro cliente ese presupuesto que tenías pendiente o actualizar la memoria de traducción de otro proyecto, por ejemplo. La regla básica que deberías seguir es preguntarte siempre si algo es urgente e importante para darle prioridad.
- No entres en pánico. Muchas veces nos llegan encargos de última hora, que el cliente necesita “para ayer” y con combinaciones lingüísticas con las que no trabajamos frecuentemente o para las que no contamos con muchos traductores habituales. Aprende a tomar decisiones rápidas y cuenta con muchos recursos y una base de datos bien organizada que te ayude a encontrar al traductor que necesitas lo antes posible.
- Mantén una muy buena relación con tus colaboradores y tus clientes. Otra cosa que te puede ayudar a no entrar en pánico es esforzarte por tener una relación cercana con tus traductores (y lo mismo se puede aplicar a los clientes). Sé educado, ayúdales en todo lo que puedas, ofrece soluciones a los problemas que se encuentren, muestra tu agradecimiento cada vez que te respondan con rapidez o te entreguen una traducción. Todo esto te ayudará a encontrar al traductor que necesitas para cada proyecto mucho más rápido y a que puedas entregar todos los encargos con total seguridad.
- Aprende de tus “errores”. Si alguna vez cometes un error (y seguramente pasará), no te pases el día pensando en ello, te servirá para aprender y para hacerlo de otra forma la siguiente vez que te surja un problema similar. Además, ten en cuenta que muchas veces los problemas tienen varias soluciones que puedes encontrar y ofrecerlas como opciones a los implicados, en vez de asumir que es un error que has cometido y un problema imposible de solucionar.
- Sigue aprendiendo y formándote continuamente. Como gestor de proyectos, te será muy útil mostrar interés sobre los distintos tipos de traducción, nuevas herramientas TAO y programas informáticos, de reconocimiento óptico de caracteres, de maquetación, etc. Puedes hacer cursos, aprender de forma autodidacta, ya sea con tutoriales o con tu propia experiencia, o asistir a webinarios y eventos en línea que se organizan constantemente, muchos de ellos gratuitos.
Por supuesto, existen muchos más consejos y cada gestor de proyectos puede tener sus propias preferencias o su forma característica de trabajar, pero esta pequeña guía te puede ayudar a dar el primer paso en la gestión de proyectos.
Y recuerda, practice makes perfect!
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