A la hora de diseñar nuestro CV, hay muchos factores a tener en cuenta. Hay que tener un objetivo claro y conocer bien el tipo de puesto que solicitamos y quién va a leerlo. Por lo general, los gestores de proyectos, que en el caso de la traducción se suelen encargar de estos temas, no tienen horas suficientes para hacer todo. Como hemos mandado muchos currículums y ahora leemos otros muchos a diario, queremos daros algunos consejos partiendo de nuestra propia experiencia.
- Dime quién eres. Al final lo que nos interesa es conocerte y saber qué puedes ofrecer. Lo principal, lo primero que deberíamos encontrarnos es tu nombre y apellidos, profesión (traductor y/o intérprete, etc.), combinación de lenguas y especialidad(es). Con eso ya podemos empezar a trabajar.
- Di no a la página en blanco. Uno no puede escribir su CV de forma que el resultado final sea un tocho de texto plano en un fondo blanco. Hay que ponerle color a la vida, hacer algo vistoso a la vez que profesional. Vuestro CV nos tiene que entrar por los ojos. Hay millones de plataformas que ofrecen plantillas de CV, como Canva. El preocuparse por la estética ya hace ver que te lo has currado, eso es muy importante a la hora de seleccionar a un candidato: ver algo más de interés.
- Lo bueno, si breve, dos veces bueno. En más ocasiones de las que nos gustaría nos llegan currículums con muuuucho más de dos páginas, cuando no deberían pasar de ahí. Destaca solo la experiencia y formación relevante (por ejemplo, el bachillerato no es tan relevante si tienes una carrera universitaria), y la que más relación pueda tener con el puesto que solicitas. Si eres traductor novel y no tienes experiencia, hay formas de obtenerla para al menos rellenar el hueco, bien sea haciendo voluntariados, subtitulando una TED Talk o traduciéndole algún documento a algún conocido por un precio especial. Ten en cuenta que solo debería ser para ganar algo de experiencia al principio, con poquito vale, ¡mucho cuidado con regalar el trabajo! Debemos darnos el valor que tenemos como profesionales.
- Revisa (más de una vez) el CV. Esto es muy importante, más tratándose de profesionales de la lengua. Encontrarse con faltas de ortografía en el CV de un traductor puede hacer que el empleador desconfíe de tu calidad. Ya no porque pueda dar la sensación de que no sabes escribir, casi más porque darás la imagen de alguien descuidado.
- ¿A que no intentas conquistar de la misma manera a dos personas diferentes? Pues a las agencias tampoco. La personalización es fundamental. Investiga, documéntate sobre qué clase de servicios ofrece la empresa con la que estás contactando para saber qué puedes ofrecerles. No vas a mandar un CV en el que lo primero que pone es que tu especialidad es la traducción literaria a una empresa que se dedica principalmente a la localización. También está bien que busques quién es la persona a la que te diriges para solicitar trabajo.
- Sin contacto no hay trabajo. Asegúrate de que tu CV incluye tu información de contacto. Un número de teléfono, con su correspondiente prefijo internacional por si acaso (en España +34, por si queréis enviarlo al extranjero), la dirección, un correo electrónico profesional (sí, es hora de dejar atrás el correo de la adolescencia, un juanitomaquinote88 no inspira confianza) y, sobre todo, ¡bien escrito! Parecerá una tontería, pero como esté mal puesto y alguien quiera ponerse en contacto con vosotros, no va a poder y adiós a ese trabajo.
- Hay mucho debate en el tema pro- o anti-foto. Hay países donde está incluso mal visto poner foto, ya que consideran que todos los candidatos deberían estar en igualdad de condiciones y el aspecto físico no debería influir para nada en la decisión. También elegir si poner o no la foto entra en esto de adaptarse a lo que el empleador vaya a esperar de ti. En España en concreto no pasa nada si se pone, pero ojo, si la pones, que sea una foto medianamente profesional, los selfies para Instagram. Tampoco es buena idea, aunque estés empezando, utilizar la foto de tu graduación.
Estos consejos son quizá los más importantes que os podemos dar a la hora de diseñar vuestro CV. Hay otras cosas que influyen en el proceso de selección, como puede ser el mismo correo con el que os presentáis. Recordad que hay trabajo, solo hay que buscar bien. Que no os desespere no recibir siquiera una respuesta de las agencias con las que contactéis para decir que ahora mismo no tienen nada, seguid intentándolo. ¡Mandar currículums también es parte del trabajo si sois autónomos! Por nuestra parte, sabed que Miguel, nuestro gestor de proyectos, siempre os contestará (siempre que leáis bien su nombre y no le llaméis Miguel Ángel).
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