Acabas tus estudios de traducción. Consigues decidir por fin el campo en el que te quieres especializar y haces un curso de formación específico. Empiezas a enviar tu CV a posibles clientes y agencias de traducción. Das el salto y pagas tu primera cuota de autónomo. Recibes tu primer encargo y, después de traducir y revisar 10 veces el documento, entregas el proyecto y respiras hondo. Pero de repente, entras en pánico: ¿cómo debo hacer la factura? ¿Hay algún modelo de factura para traductores?
Por suerte, hay distintas páginas web en las que podrás crear y personalizar tu factura o encontrar modelos de factura en formatos como Excel. La mayor ventaja de utilizar Excel o cualquier otra hoja de cálculo es que puedes utilizar distintas fórmulas para que todos los cálculos que necesitas se hagan de forma automática. De esta forma, no solo ahorrarás tiempo, sino que te asegurarás de que todas las operaciones son correctas. Además, podrás reutilizar esta misma plantilla para cualquier cliente y tenerla siempre como referencia.
En general, los datos imprescindibles que deben aparecer en cualquier factura son:
- Datos fiscales del cliente:
- Nombre y apellidos, si es un particular, o razón social (denominación oficial de una empresa), si se trata de una empresa.
- Domicilio fiscal del cliente.
- NIF (para particulares) o CIF (para empresas).
- Datos fiscales del emisor
- Numeración: por ejemplo, tu primera factura de este año podría ser 2021/1 y las siguientes deberán seguir una numeración correlativa.
- Fecha de emisión y, aunque no es obligatorio, es recomendable incluir también la fecha de vencimiento de la factura.
- Concepto: por ejemplo, traducción técnica EN>ES del documento X.
- Tipo impositivo: se debe especificar el tipo de IVA y el porcentaje de IRPF que se aplica, si es el caso. Es importante tener en cuenta que en algunos casos no se deberá incluir el IVA, en función del tipo de cliente y de su domicilio fiscal, pero sobre esto profundizamos en otro artículo de nuestro blog.
Una vez que tengas un modelo de factura, lo ideal es adaptarla a tus necesidades y a las características de las facturas correspondientes a traducciones, interpretaciones o servicios similares. Por ejemplo, en el caso de la traducción puedes incluir una columna para el número de palabras y otra columna para el precio por palabra, mientras que si te dedicas a la interpretación seguramente incluirás una columna para el número de horas y otra para el precio por hora. Una vez que hayas calculado la base imponible, solo te faltaría sumar el IVA y/o restar el IRPF, según lo que corresponda en cada caso, y ya tendrás el importe total.
Por último, no debemos olvidarnos de incluir las formas de pago que aceptamos (por ejemplo, transferencia bancaria, PayPal, etc.) y en su caso los datos bancarios para que el cliente nos pueda pagar la factura… ¡Importante!
Y como una imagen vale más que mil palabras, te dejamos por aquí un modelo de factura para traductores que incluye todos los datos necesarios que deberás incluir en tus facturas como traductor autónomo:

Si quieres aprender muchos más trucos y consejos que te puedan ayudar a triunfar en el mundo de la traducción y a dominar aspectos de fiscalidad e impuestos, no te pierdas nuestro curso de orientación profesional y fiscalidad para traductores.
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